Como si fuera poca la novela negra en mi vida, quise seguir con otro thriller español. Me leí la primera parte el mes pasado (“Progenie”) y la autora profundizó en todo lo relacionado a la manipulación genética.

En esta segunda parte, las cosas se ponen muy intensas. Camino Vargas es la protagonista de un relato donde el asesino replica modos de matar que humanos ejecutan en animales.

Este libro se centra en toda la paradoja que vivimos los humanos con la industria de la carne y la matanza de animales como deporte o diversión. Existen personajes llamados “extremos” que pertenecen a grupos en defensa de animales. Implícitamente, aprenderás mucho de cómo piensan y los razonamientos que tienen para defender las prácticas macabras de maltrato animal.

Se empiezan a observar los distintos colores en el equipo de policías. Como las personalidades chocan y se revelan lealtades que hace crecer la tensión. Los procedimientos para atrapar al asesino se ven afectados por esto y hay desenlaces inesperados al final del libro.

La relación de Camino con Paco Arenas (su mentor y temporalmente retirado inspector) se desarrolla mucho más. Puedes conocer más a fondo lo que siente el uno del otro y cómo la familia del inspector influye en su toma de decisiones.

El desenlace también incluye una potencial asociación de protección animal internacional con conexiones en Italia y Nueva York. Tendremos que ver en la tercera parte.

Un libro muy rápido de leer, muy entretenido para quienes quieran divertirse con una historia de captura de asesino.

⭐️ 5/5