Este libro quedará entre los top 10 de este año. Sin duda.

Jo Nesbø es el tipo de autor que siempre ves en las vitrinas de las librerías.

Ya que le tenía ganas desde hace tiempo, tomé un descanso de libros de no-ficción para empezar con esta historia. Me agarró al instante con el estilo de narración. Una mezcla de Joel Dicker, Agatha Christie y Karin Slaughter.

Sidney es la ciudad donde se sitúa esta historia. Harry Hole, policía noruego, es requerido para asistir a la investigación de un asesinato. Al llegar a la ciudad, se encuentra literalmente con un circo de personajes: payasos, travestis y boxeadores. Se debe adaptar rápidamente a su nuevo equipo de hombres para llevar el caso adelante.

Harry Hole es un hombre que lleva vivas las heridas del pasado. Aún no puede sanar relaciones con sus ex y se está recuperando de la adicción al whisky.

A diferencia de otros autores, Jo Nesbø va al grano. No abusa de las mini historias que explican porque Harry es como es. Un policía marcado por el trauma de haber atropellado y matado a alguien, en estado etílico.

Una especial mención durante todo el relato se le hace al trato que existe desde los australianos a los aborígenes. Referencias a la soberanía que tenían estos pueblos y cómo se les arrebataron tierras cuando un puñado de ingleses fueron enviados a Oceanía.

El tema aborigen juega un rol de sugestión cuando se trata de adivinar quien fue el que cometió el asesinato. Los comportamientos erráticos y dependencia del alcohol, son actitudes en los que este grupo fue cayendo por su pasado y relación con la sociedad.

Me fascinó la resolución rápida de quien fue el asesino, en el penúltimo capítulo. Hay una mezcla de fast forwards antes de develar el autor.

La pluma de Nesbø tiene escenas macabras, humor, ironía y un crimen simple de seguir con preguntas densas al lector sobre la naturaleza humana. Mi highlight favorito

La naturaleza humana es un bosque enorme y complejo que nadie puede conocer a la perfección.

¡5 estrellas! ⭐️